El pasado 5 de junio se celebró el Día Mundial del Ambiente, este año se centró en la restauración de ecosistemas con el lema “Reimagina, recrea, restaura”. Restaurar los ecosistemas significa prevenir, detener y revertir este daño, pasar de explotar la naturaleza a curarla. Desde Innovar Sustentabilidad, para conmemorar este día vamos a focalizar en las abejas, los polinizadores que son vitales para el funcionamiento del ecosistema. Hay 20 mil especies de abejas en el mundo, las cuales son fundamentales no solo para el ambiente sino también para la forma de producir alimentos.
Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas. En nuestro país existe la Sociedad Argentina de Apicultores, fundada en 1938 para representar, capacitar y difundir al sector apícola. Nos comunicamos con Pedro Kaufmann, apicultor y abogado, conforma la mesa directiva de la SADA.
Las abejas son animales colectivos, implica que cuando vos ves una abeja, en realidad lo que estás viendo es una célula que vuela de ese animal que es la colmena. “Una colmena puede tener 40 mil abejas y todo eso conforma un animal colectivo”, definió Kaufmann. Los polinizadores tienen un trabajo muy importante al momento de la polinización, que es el intercambio sexual entre las flores. Este proceso permite que una planta de mejores frutos, de mayor calidad, y cantidad. “Los polinizadores son los responsables de 7 de cada 10 platos de comida que llevamos a nuestra mesa cada día”, expresó.
La afirmación de que no habría vida en el planeta sin abejas, es una síntesis importante. Los polinizadores, en especial las abejas, inciden directamente en la producción de alimentos. El apicultor explica que la disminución de la población de polinizadores, determinan muy probablemente en un futuro cercano, una crisis alimentaria a nivel global. En Argentina está disminuyendo la población de apicultores por diferentes motivos, la cantidad de desmontes, eliminación de los bosques, de los pastizales naturales, cambiándolos o por ciudades, o por cultivos. “Se tira sobre la tierra, alrededor de 500 millones de litros de agrotóxicos, eso implica un impacto terrible sobre poblaciones muy sensibles como son los polinizadores”, comentó Pedro Kaufmann
Esta combinación de un modelo agroindustrial intensivo junto a la disminución de los polinizadores también genera un impacto sensible en la disminución de la diversidad biológica. Desde la sociedad conocer acerca del trabajo de las abejas ayuda a entender todo el proceso que existe detrás de nuestros alimentos. Los directivos de la Sociedad Argentina de Apicultores creen que tomar conciencia de que detrás de cada elemento natural que comemos está el trabajo de los polinizadores es de vital importancia, para empezar a reconocer el valor a las abejas, la apicultura, que tienen dentro del esquema de nuestra vida cotidiana.
Por Rocío Morabito.