Por Dr. Raúl Chadi
Médico cardiólogo
M.N. 104364
Estamos viviendo uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad. Una pandemia por un virus (SARS-CoV-2 ) que tiene a todo el mundo atento a los tratamientos, vacunas, formas de contagio, prevención etc, etc.
Se aprende minuto a minuto y la información científica también va cambiando a un ritmo vertiginoso.
En tiempos de Covid 19 tenemos tres problemas con los pacientes que presentan cardiopatías.
Por un lado los pacientes cardiópatas que se infectan con este virus tienen aumentada la morbimortalidad ya sea por acción directa del virus en un corazón que ya estaba dañado o por falla de los otros sistemas. La mortalidad también se encuentra elevada en pacientes con hipertensión y diabetes.
Por otro lado los pacientes cardiópatas que ante el miedo de asistir a un centro asistencial por temor a contagiarse la enfermedad retrasan la consulta médica o aún peor no la hacen. No solo no hacen la consulta por miedo a contagiarse; también existen los problemas legales para movilizarse hasta el centro de salud, cancelación de turnos, instituciones que desvían recursos al Covid con el descuido de las patologías crónicas entre ellas la cadiovascular (enfermedad coronaria, hipertensión arterial, arritmias, insuficiencia cardíaca, valvulopatías).
En tercer lugar pacientes que presentan síntomas cardiovasculares (dolor de pecho, fatiga, palpitaciones, síncope, edemas, hipertensión severa) que por los mismos motivos descriptos con anterioridad no acuden a la consulta o acuden tarde, en muchos casos sin tiempo para su tratamiento adecuado.
A pesar de la pandemia la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo y en la Argentina (100.000 muertes anuales, 280 muertes por día).
Si bien estamos en una etapa temprana de la pandemia, ya existe evidencia de que la desatención de la enfermedad cardiovascular está causando un incremento objetivo de la mortalidad. Se observó un incremento de mortalidad total en ciertas regiones de España, Italia y Europa por encima de lo esperado por la pandemia COVID-19.
El estado, y los centros asistenciales tanto públicos como privados tendrían que asegurar y facilitar la atención de la enfermedad cardiovascular en tiempo y forma, brindando seguridad con protocolos de atención adecuados a los pacientes que no presentan enfermedad por Covid 19.