Mayo, mes de la biodiversidad: cuidar las especies, es cuidarnos a nosotros mismos

Por Eleonora Rischmüller


En el Mes de la Biodiversidad es importante resaltar la preocupante situación que enfrenta la fauna silvestre en nuestro país a partir de las acciones humanas que se llevan adelante sin contemplar la importancia de las diferentes especies. La protección de la biodiversidad es crucial para garantizar un equilibrio ambiental y el bienestar humano. La implementación de medidas responsables y sostenibles para con las especies nativas es importante para revertir la crisis de extinción y asegurar un planeta sano para generaciones presentes y futuras.

 

“La biodiversidad es un sinónimo de diversidad biológica. Justamente la posibilidad de que coexistan diferentes especies vinculadas a nuestra fauna, la flora y a los ecosistemas y esa diversidad biológica goza de un reconocimiento y una protección constitucional en nuestro país” relata Cristian Fernández, Coordinador del área de Asuntos Legales de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). 

 

El abogado detalla: “En Argentina, en el segundo párrafo del artículo 41 de la Constitución Nacional figura el deber de las autoridades de proteger la diversidad biológica, el patrimonio natural y cultural. También está presente en convenciones internacionales como la Convención para la Protección de la Diversidad Biológica y es algo que está en debate todos los años a través de distintas metas que se van fijando en acuerdos internacionales por la importancia que tiene esa protección”. 

 

Pero ¿Qué podría suceder sino conservamos la biodiversidad? La respuesta es sencilla. Cada vez que se implementan acciones antrópicas, es decir cuando la actividad humana avanza modificando la naturaleza, se perjudica al planeta y consecuentemente a la humanidad toda. 

 

“Sino implementamos acciones en pos de mantener la biodiversidad y vamos extinguiendo las especies nos perjudicamos nosotros mismos. Por ejemplo vemos la pérdida de hábitat por la deforestación y hemos sufrido olas de calor. Cada vez sufrimos olas de calor más prolongadas, con lo cual dañar al medio ambiente es una forma también de dañarnos a nosotros mismos” sostiene Cristian y continúa: “Si no defendemos la biodiversidad, que deberíamos hacerlo por su valor intrínseco, por su valor en sí mismo, por el valor que tiene la vida de cada especie, al menos hagámoslo por temor a las consecuencias para el resto de la humanidad”.

En cuanto al cumplimiento de la normativa vigente, desde la Fundación explican que se cumple cuando se crean áreas naturales protegidas, como pueden ser Parques Nacionales, Reservas Provinciales, lo que es beneficioso para los ecosistemas, para la flora y fauna que allí habitan. 

Sin embargo, “cuando se toman medidas, por ejemplo, se avanza con plataformas petroleras en el mar argentino con estudios de impacto ambiental hechos a toda velocidad, y con decisiones adoptadas con verticalidad, sin importar las objeciones que se presentan desde la sociedad civil y se acaba con áreas marinas protegidas, allí no se cumple la normativa y significan retrocesos. Pero hay avances y retrocesos constantes. Lo bueno es que sean más los avances y que ya no exista ningún retroceso”.

 

Que no haya más episodios que avasallen la naturaleza depende de las acciones de la sociedad civil en su conjunto y del compromiso que se asuma.   Empezar por entender qué es la biodiversidad y cuál es su importancia, es el puntapié para exigir a las autoridades compromiso y gestión acorde a una política ambiental seria y responsable. Bien vale la pena involucrarse y ser parte de la defensa de la biodiversidad.



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