Sabemos que la pandemia no distingue credo, género, raza, ideologías políticas ni ubicaciones geográficas, ataca a todos por igual, pero, aun así, la cuarentena obligatoria no nos golpea de la misma manera.
Los sectores más desprotegidos -familias que viven hacinadas, personas que no cuentan con un trabajo formal que les permita quedarse en casa o que no tienen recursos para cumplir con las medidas de higiene básicas- necesitan más que nunca de la solidaridad de los que también sufren el aislamiento por el coronavirus en mejores condiciones.
Clara Goyret es coordinadora de Comunicación de Quiero Ayudar ONG.