Mayo es considerado el mes del reciclaje ya que todos sus 17 se celebra el Día Internacional del reciclaje propuesto por la UNESCO, organismo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Esta fecha representa una oportunidad para recordar la estrategia de Reducir, Reutilizar y Reciclar, que busca reorientar el comportamiento de la sociedad para mejorar el medio ambiente.
Este primer fin de semana de Mayo, Martina Costa Paz, arquitecta y artista, presentó en la Bioferia su obra “Instante Eterno”, generando conciencia respecto al uso que se le da al plástico y la contaminación que posteriormente generan en los ríos y costas. Al momento de ser parte de esta experiencia se puede observar todo lo que compramos, consumimos y tiramos, llegan a lugares inimaginables. Esta obra forma parte de un proyecto artístico llamado “El paisaje que creamos”.
El propósito de la obra arquitectónica “Instante Eterno” es poder transmitir mensajes duros de forma alegre, liviana y hasta lúdica. “En ella busco condensar el antagonismo “tiempo de uso versus tiempo de contaminación” de una forma que te permita entrar, jugar y vivir una experiencia distinta”, define Costa Paz. El espectador es parte de la obra, interactúa con ella reconociendo los productos plásticos que consume en su cotidianeidad. “Animarse a entrar es animarse a vivir la experiencia del pez nadando entre tanto plástico, es vivir ese instante, ese momento”, explica.
En conversación con la artista expresa que la raíz de su proyecto surge de abrir los ojos a la realidad de que nuestra contribución al paisaje natural, no es más ni menos, que los descartes que generamos. Desde su lugar busca comunicar a través del arte lo efímero de su utilidad en contraste con el tiempo que pasa en el ambiente como residuo y del daño que genera en nuestro planeta. Muchos plásticos que el ser humano desecha, siguen existiendo en el planeta más que el propio consumidor.
“Me propuse plantear una serie que nos interpele con un mensaje tan lúgubre como apocalíptico, pero utilizando una estética alegre y optimista”, comenta Martina Costa Paz. Esta dualidad representa el paisaje contaminado y la forma en que el plástico está presente en la mayoría de los ambientes naturales, reflejando así el paisaje que creamos.
En su trabajo une el cuidado del medio ambiente y la creación de obras arquitectónicas. Como inspiración usa uno de los conceptos bases de la sustentabilidad en donde no hay tal cosa como residuo sino recursos que no se aprovechan. “Cuando veo basura en las calles, en los ríos o en cualquier paisaje natural al que me exponga, intento verlo con otros ojos. Todo pequeño cambio, es un gran cambio y suma en el camino de la sustentabilidad”, detalla Costa Paz.
Por Rocío Morabito.