Los sorbetes son parte de los plásticos de un solo uso cuya utilización dura pocos minutos, y tarda entre 150 y 400 años en descomponerse. El fin de vida útil de un producto no debe significar el fin de vida útil del material con que ha sido fabricado. Esta idea es central en el concepto de economía circular: siendo reciclables, ningún plástico debería ser descartable. Para concientizar sobre esta temática el 3 de febrero se conmemora el Día Mundial Sin sorbetes. El objetivo de este día es visibilizar el problema de la contaminación plástica.
Las pajitas plásticas son productos de uso cotidiano y cultural, que está ligado al uso y descarte constante. La reducción del plástico se ha vuelto una prioridad en varios países del mundo, mostrando avances en la reducción del uso de bolsas plásticas en los supermercados, sorbetes, vasos y cubiertos descartables. Desde Innovar Sustentabilidad nos comunicamos con Verónica Ramos, Directora Ejecutiva de Ecoplas, especializada en plásticos y medio ambiente que impulsa el desarrollo sustentable de la industria plástica.
El sorbete no contamina, sino el empleo erróneo que se realiza frente a su proceso de consumo. “Los sorbetes plásticos están hechos de los mismos materiales que las tapitas de aguas y gaseosas, por ejemplo, y se pueden recuperar y aprovechar en nuevos ciclos productivos para transformarse en nuevos productos”, expresa Ramos. Los sorbetes son importantes para preservar la salud de las personas. Su función es necesaria para consumir de manera consciente bebidas cuyas procedencias son desconocidas, como gaseosas o cervezas en latas de aluminio.
“Actualmente se reciclan 282.000 toneladas de plástico, lo que presenta una tendencia creciente. Sin embargo, las políticas públicas son centrales para que esta tendencia siga en aumento”, define Verónica Ramos. En Argentina la tendencia a reciclar, y promover una economía circular está cada vez más presente, son necesarias políticas de educación y concientización ciudadana para el consumo responsable. La prohibición del uso de sorbetes o productos plásticos ayuda pero es necesaria una gestión más eficaz para lograr un mayor resultado.
En la Cámara de Diputados de la Nación hay dos proyectos del diputado Carlos Ponce, el de Plásticos de un solo uso y el de Economía circular, con esta mirada superadora donde el plástico es un recurso, no un desperdicio y se plantea una transición a este modelo sustentable. “Para Ecoplas la educación es central para construir una nueva cultura circular. En el Estudio que hicimos con Opinaia, resultó que sólo 6 de cada 10 argentinos recicla y, entre los que no lo hacen, 8 de cada 10 quisieran separar y/o reciclar sus residuos pero no cuentan con la suficiente información, educación y/o infraestructura para poder hacerlo”, explica la directora ejecutiva de Ecoplas.
Por Rocío Morabito.