Cervecería y Maltería Quilmes, en alianza con Micelio Bio, empresa de biotecnología nacida con el propósito de resignificar y transformar el modo en que se gestionan los residuos y elaboran los alimentos, produce hongos comestibles a partir del bagazo de cebada que se genera durante la elaboración de cerveza. El desarrollo del proyecto requirió una inversión de 50 millones de pesos, de los cuales Cervecería y Maltería Quilmes aportó 15 millones, para la construcción de una planta productiva en Chascomús.
Anualmente se generan más de 400.000 toneladas de bagazo de cebada en Argentina como subproducto del proceso cervecero. El bagazo es el resultado de la maceración y filtrado que se genera durante el proceso de elaboración de cerveza que, al tener un alto contenido de minerales y proteínas, resulta altamente coadyuvante como sustrato natural para la producción de hongos frescos. Estos hongos se consideran un “superalimento” por su gran valor nutricional, son ricos en proteínas, aminoácidos, vitaminas y fibra, y sus diferentes especies (Girgolas, Melena de León, Shiitakes, entre otros) tienen una demanda creciente en la sociedad.
“La alianza con Micelio Bio nos ayuda repensar la forma en la que elaboramos nuestros alimentos, acelerando los cambios necesarios para una forma de producción y consumo circular, mientras que impulsamos la circularidad de uno de los subproductos de nuestro proceso cervecero”, señaló Vanesa Vázquez, Gerenta de Crecimiento Inclusivo y Sustentabilidad de Cervecería y Maltería Quilmes.
Micelio Bio es un proyecto de triple impacto que articula el mundo científico-tecnológico con el productivo y social. Su primera planta industrial tiene una capacidad de producción inicial de hasta 10 toneladas de hongos frescos al mes. Además de hongos, la empresa comercializa kits de autoproducción y brinda capacitaciones y consultorías de asistencia técnica a emprendedores. El proyecto contó con el apoyo de La Ciudad Posible en su proceso de incubación y aceleración, y el soporte científico-tecnológico del Laboratorio de Micología y Cultivo de hongos Comestibles y Medicinales del Instituto Tecnológico de Chascomús, dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de San Martín, con quienes tienen un convenio de colaboración.
“La articulación con Cervecería y Maltería Quilmes es una manera de agregar valor a la producción de hongos comestibles con la reutilización de un subproducto clave, la elaboración de cerveza. Permite obtener en su proceso múltiples beneficios, no sólo económicos, sino también socio ambientales, reduciendo las externalidades negativas de otros modos tradicionales de producción de alimentos, y aprovechando al máximo los recursos existentes en el contexto global de crisis climática y ecosistémica”, expresó Alejandro Jurado, uno de los fundadores de Micelio.
Con esta iniciativa, Cervecería y Maltería Quilmes continúa sus acciones para alcanzar la meta de neutralidad de carbono al 2040, a través de la implementación de prácticas sostenibles que mejoren sus procesos en cada etapa de su cadena de valor.