La Lucena es un Centro de Educación a Campo, pionera en Educación para la Sostenibilidad. Sus programas educativos están a la vanguardia de la pedagogía vivencial a campo en Latinoamérica. Desarrollan actividades junto a jóvenes, empresas y escuelas alrededor de Argentina. En esta entrevista junto a Innovar nos comunicamos con Peter Dunn, el fundador de La Lucena, para que nos cuente sobre sus principales proyectos e ideales.
IS – ¿Cómo empezó esta fundación? ¿Cuál es la misión de La Lucena?
P – La Lucena es un centro de educación a campo, que fundé en 1993. En el 2013, después de un incendio terrible que quemó toda mi escuela, creo la Fundación La Lucena. La Fundación tiene como objetivo expandir y desarrollar los proyectos de extensión que ya veníamos haciendo con La Lucena. La clave son los modelos de desarrollo sostenibles, que tienen las tres patas, social, económica y ambiental. Nosotros estamos trabajando con el tema de sustentabilidad desde el 1992, somos pioneros, cuando no existía esta palabra en la Argentina. La fundación se crea para generar espacios para desarrollar una red, red federal de aulas viveros. Hoy se construyeron veintiséis de estas aulas viveros, a pulmón. También le ponemos mucha energía en la capacitación docente.
IS – ¿De qué trata el proyecto forestal?
P – El proyecto forestal, es un proyecto integral de sostenibilidad, el árbol es un canal para que el humano pueda reconectarse con su entorno. Cuando agarramos el árbol como bandera, en el 2008, empezamos a reforestar muy fuertemente. Diseñe un aula vivero, que es una Unidad de Producción Forestal. Estos espacios áulicos los construimos en las escuelas y centro comunitarios, capacitamos a las comunidades y después las invitamos a producir árboles para cuidar el entorno en el que vivimos. Son modelos fantásticos de educación vivencial, aprendo haciendo. Eso conecta al individuo con su paisaje, lo conecta afectivamente, porque si vos plantas un árbol en un bosque, nunca más vas a ver un bosque, vas a buscar siempre el árbol que plantaste, y eso se da por la conexión emocional que vos tenes con ese acto. Tiene implicancia de trascendencia, no estás plantando solo un árbol, estás plantando un ecosistema.
Los programas ambientales tienen, a mi entender, una tremenda falla, nosotros estamos tratando de salvar al planeta y en realidad lo que hay que hacer es salvar al humano. Es el humano el que está “haciendo agua”. Este tipo de espacios levanta el nivel de conciencia, te hace pensar en el futuro. Los árboles no tienen ideología, no discriminan, no eligen a quien le va a dar oxígeno, ni a quien le va a dar sombra, es un elemento totalmente igualador, que genera comunión.
“Los programas ambientales tienen, a mi entender, una tremenda falla, nosotros estamos tratando de salvar al planeta y en realidad lo que hay que hacer es salvar al humano. Es el humano el que está haciendo agua”.
IS – ¿Qué iniciativa está promoviendo junto a los jóvenes?
P – Los jóvenes es un tema que realmente me preocupa, y que quiero poner muchas fichas en estos próximos años. Queremos desarrollar programas para jóvenes, que puedan explorar el mundo, así mismos y al otro, en una manera no teórica, sino muy práctica. Hoy en día estamos con varios programas para jóvenes, el programa estrella “Gap Year”, es semestral donde los chicos salen de viaje y hacen un montón de experimentos sociales y ejercicios de autoconocimiento. También hay espacios de voluntariado, donde los chicos pueden venir a meterle mano a distintas cosas de las que tienen inquietud y experimentar. Son espacio para que el joven pueda explorar las pasiones que tiene, es abarcativo, porque la cuestión es aprender que se puede vivir y trabajar de las cosas que nos apasionan, esto lleva a vidas más significativas, más conectadas.
Igualmente, hemos hecho muchas cosas, funde un club social y deportivo, hemos inaugurado once bibliotecas escolares, hemos hecho escuela de costura, fábricas de velas, jabones, experimentos de ese tipo. Donde van surgiendo las necesidades, se van desarrollando los programas.
Al finalizar la entrevista, Peter dejó una analogía “viajero vs turista” como metáfora de la manera en la que vivimos en nuestro planeta:
Un turista busca pasear, descansar, socializar con amigos. Está consumiendo su espacio y tiempo. La vida como turista se vive con expectativas, se vive con un futuro controlado. El viajero hace todo lo contrario, conecta, está en tiempo presente, es protagonista de la experiencia y no está buscando tanto controlar el futuro sino encontrarse con lo que venga. Esto, si lo llevamos a la forma en que el humano está viviendo su experiencia en este planeta, la humanidad está haciendo de turista, lo vemos todo por tele. Y hay que cambiar la cabeza, hay que ser viajeros. Porque Yo estoy parado hoy en este planeta la cosa tiene que estar mejor.
Peter Dunn, Fundador de La Lucena
Para más información ingresa a: https://www.lalucena.org/
Por Rocío Morabito.